SANTÍSIMO SACRAMENTO
domingo, 25 de diciembre de 2011
JESÚS DE MI VIDA
De alimentarte de los Pechos Maternos siendo Niño,
pasaste a gobernar el Universo,
y te hiciste alimento del hambriento.
De estar indefenso en el Pesebre,
pasaste a ser Rey que defiende a los Suyos en el Santo Madero.
Fuiste injustamente acusado y llevado a la Cruz por juez mortal,
siendo Tú el Inmortal.
¡Que grandeza de este Niño del Pesebre!
Con Su Luz confunde a los soberbios y enaltece a los humildes.
¡Alégrese el hombre por este Nacimiento!
Nuestro Salvador viene por los Suyos.
¡Cantemos de júbilo, alcemos la voz al Niño en Belén
y demos vítores al Rey que nos salva!
Amén
domingo, 13 de noviembre de 2011
GRACIAS JESÚS POR TUS GRANDES BENEFICIOS
Os doy gracias
Os doy gracias, mi Jesús, del favor que me habéis hecho de venir a mí.
Si al recibir un regalo cualquiera, doy gracias, ¡cuántas más os las daré a Vos, que me habéis dado a Vos mismo en persona!
Gracias os sean dadas por un tan grande beneficio. Ahora puedo decir que yo soy vuestro, y Vos todo mío.
Como correspondencia a este beneficio, procuraré llevar una vida más santa, más pura, más agradable a Vos. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: a un Dios en Tres Personas bendigo y canto.
Salmo del amor a Jesús
Amor
Os amo como os aman los Ángeles y Santos, que con Vos están en el Cielo.
Oh Jesús, os amo y deseo que todos los hombres os conozcan y amen.
Os amo por tantos infieles que no os conocen y por tantos impíos que os blasfeman.
Os amo por tantos herejes que os niegan y por tantos malos cristianos que os ofenden.
Os amo por los condenados en el infierno, que nunca tendrán la dicha de amaros.
Adoración
Os adoro, Jesús mío, dentro de mi alma, porque sois mi Creador y mi Señor.
Os adoro, como os adoran los Ángeles del Cielo que están en vuestra presencia.
Os adoro como os adoran los Ángeles que están alrededor de vuestros altares.
Os adoro como os adora vuestra Santísima Madre; os adoro dentro de mi corazón.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: a un Dios en Tres Personas bendigo y canto.
domingo, 16 de octubre de 2011
ORACIÓN POR LA PAZ
mira nuestro mundo, nuestro país, nuestro estado
dañado por la violencia y disperso por el miedo y la inseguridad
te pedimos que consueles el dolor de quienes
sufren, da acierto a las decisiones, de quienes nos gobiernan
toca el corazón de quienes olvidan que somos
hermanos y provocan sufrimientos y muerte,
dales el don de la conversión,,,,,protege a las familias
a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, a nuestros pueblos y
comunidades. Que como discípulos misioneros, tuyos
ciudadanos responsables sepamos ser promotores de
justicia y de paz, para que en ti, nuestro mundo, país y estado tengamos una vida digna amen
miércoles, 12 de octubre de 2011
ORACIÓN POR LOS SACERDOTES
OH Jesús mío, Te ruego por toda la Iglesia: concédele amor y luz de Tu Espíritu, da poder a las palabras de los sacerdotes para que los corazones endurecidos se ablanden y vuelvan a Ti, Señor. Señor, danos sacerdotes santos; Tú Mismo consérvalos en la santidad. OH Divino y Sumo Sacerdote, que el poder de Tu misericordia los acompañe en todas partes y los proteja de las trampas y asechanzas del demonio, que están siendo tendidas incesantemente para atrapar al las almas de los sacerdotes. Que el poder de Tu misericordia, OH Señor, destruya y haga fracasar lo que pueda empañar la santidad de los sacerdotes ya que Tú lo puedes todo (Diario, 1052).
Te pido, OH Jesús, una bendición especial y luz para los sacerdotes ante los cuales me confesaré durante toda mi vida (Diario, 240).
Oración de acción de gracias.
“Oh Jesús, Dios eterno, te doy gracias por tus innumerables gracias y bendiciones. Que cada latido de mi corazón sea un himno nuevo de agradecimiento a Ti, oh Dios. Que cada gota de mi sangre circule para Ti, Señor. Mi alma es todo un himno de adoración a tu misericordia. Te amo, Dios, por Ti mismo.” (Diario 1794)
martes, 13 de septiembre de 2011
EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
- Origen de la fiesta.
- El Señor bendice con la Cruz a quienes más ama.
- Los frutos de la Cruz.
I. Por la Pasión de Nuestro Señor, la Cruz no es un patíbulo de ignominia, sino un trono de gloria. Resplandece la Santa Cruz, por la que el mundo recobra la salvación. ¡Oh Cruz que vences! ¡Cruz que reinas! ¡Cruz que limpias de todo pecado! Aleluia (1).
La fiesta que hoy celebramos tiene su origen en Jerusalén en los primeros siglos del Cristianismo. Según un antiguo testimonio (2), se comenzó a festejar en el aniversario del día en el que se encontró la Cruz de Nuestro Señor. Su celebración se extendió con gran rapidez por Oriente y poco más tarde a la Cristiandad entera. En Roma tuvo gran solemnidad la procesión que, antes de la Misa, para venerar la Cruz (3), se dirigía desde Santa María la Mayor a San Juan de Letrán.
A principios del siglo VII los persas saquearon Jerusalén, destruyeron muchas basílicas y se apoderaron de las sagradas reliquias de la Santa Cruz, que serían recuperadas pocos años más tarde por el emperador Heraclio. Cuenta una piadosa tradición que cuando el emperador, vestido con las insignias de la realeza, quiso llevar personalmente el Santo Madero hasta su primitivo lugar en el Calvario, su peso se fue haciendo más y más insoportable. Zacarías, Obispo de Jerusalén, le hizo ver que para llevar a cuestas la Santa Cruz debería despojarse de las insignias imperiales e imitar la pobreza y la humildad de Cristo, que se había abrazado a ella desprendido de todo. Heraclio vistió entonces unas humildes ropas de peregrino y, descalzo, pudo llevar la Santa Cruz hasta la cima del Gólgota
Es posible que desde niños aprendiéramos a hacer el signo de la Cruz en la frente, en los labios y en el corazón, en señal externa de nuestra profesión de fe. En la Liturgia, la Iglesia utiliza el signo de la Cruz en los altares, en el culto, en los edificios sagrados. Es el árbol de riquísimos frutos, arma poderosa, que aleja todos los males y espanta a los enemigos de nuestra salvación: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, pedimos todos los días al signarnos. La Cruz enseña un Padre de la Iglesia "es el escudo y el trofeo contra el demonio. Es el sello para que no nos alcance el ángel exterminador, como dice la Escritura (cfr. Ex 9, 12). Es el instrumento para levantar a los que yacen, el apoyo de los que se mantienen en pie, el bastón de los débiles, la guía de quienes se extravían, la meta de los que avanzan, la salud del alma y del cuerpo, la que ahuyenta todos los males, la que acoge todos los bienes, la muerte del pecado, la planta de la resurrección, el árbol de la vida eterna" (5). El Señor ha puesto la salvación del género humano en el árbol de la Cruz, para que donde tuvo origen la muerte, de allí resurgiera la Vida, y el que venció en un árbol, fuera en un árbol vencido
La Cruz se presenta en nuestra vida de muy diferentes maneras: enfermedad, pobreza, cansancio, dolor, desprecio, soledad... Hoy podemos examinar en nuestra oración nuestra disposición habitual ante esa Cruz que se muestra a veces difícil y dura, pero que, si la llevamos con amor, se convierte en fuente de purificación y de Vida, y también de alegría. ¿Nos quejamos con frecuencia ante las contrariedades? ¿Damos gracias a Dios también por el fracaso, el dolor y la contradicción? ¿Nos acercan a Dios estas realidades, o nos separan de Él?
II. La Primera lectura de la Misa nos narra cómo el Señor castigó al Pueblo elegido por murmurar contra Moisés y contra Yahvé, al experimentar las dificultades del desierto, enviándole serpientes que causaron estragos entre los israelitas. Cuando se arrepintieron, el Señor dijo a Moisés: Haz una serpiente de bronce y ponla por señal; el herido que la mirare, vivirá. Hizo, pues, Moisés una serpiente de bronce y la puso por señal, y los heridos que la miraban eran sanados. La serpiente de bronce era signo de Cristo en la Cruz, en quien obtienen la salvación los que lo miran. Así lo expresa Jesús en su conversación con Nicodemo, recogida en el Evangelio: Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es preciso que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea tenga vida eterna en él (8). Desde entonces, el camino de la santidad pasa por la Cruz, y cobra sentido algo tan falto de él como es la enfermedad, el dolor, la pobreza, el fracaso..., la mortificación voluntaria. Es más, Dios bendice con la Cruz cuando quiere otorgar grandes bienes a un hijo suyo, que trata entonces con particular predilección.
Muchas gentes huyen de la Cruz de Cristo como en desbandada, y se alejan de la alegría verdadera, de la eficacia sobrenatural que llena el corazón, de la misma santidad; huyen de Cristo. Llevémosla nosotros sin rebeldía, sin quejas, con amor. "¿Estás sufriendo una gran tribulación? ¿Tienes contradicciones? Di, muy despacio, como paladeándola, esta oración recia y viril:
""Hágase, cúmplase, sea alabada y eternamente ensalzada la justísima y amabilísima Voluntad de Dios, sobre todas las cosas. Amén. Amén."
"Yo te aseguro que alcanzarás la paz"
III. Cruz fiel, tú eres el árbol más noble de todos; ningún otro se te puede comparar en hojas, en flor, en fruto
El amor a la Cruz produce abundantes frutos en el alma. En primer lugar, nos lleva a descubrir enseguida a Jesús, que nos sale al encuentro y toma lo más pesado de la contradicción y lo carga sobre sus hombros. Nuestro dolor, asociado al del Maestro, deja de ser el mal que entristece y arruina, y se convierte en medio de unión con Dios. "Si sufres, sumerge tu dolor en el suyo: di tu Misa. Pero si el mundo no comprende estas cosas, no te turbes; basta con que te comprendan Jesús, María, los santos. Vive con ellos y deja que corra tu sangre en beneficio de la humanidad: ¡como Él!"
La Cruz de cada día es una gran oportunidad de purificación, de desprendimiento y de aumento de gloria (12). San Pablo enseñaba con frecuencia a los cristianos que las tribulaciones son siempre breves y llevaderas, y el premio de esos sufrimientos llevados por Cristo es inmenso y eterno. Por eso el Apóstol se gozaba en sus tribulaciones, se gloriaba de ellas y se consideraba dichoso de poder unirlas a las de Cristo Jesús y completar así su Pasión para bien de la Iglesia y de las almas (13). El único dolor verdadero es alejarnos de Cristo. Los demás padecimientos son pasajeros y se tornan gozo y paz: "¿No es verdad que en cuanto dejas de tener miedo a la Cruz, a eso que la gente llama cruz, cuando pones tu voluntad en aceptar la Voluntad divina, eres feliz, y se pasan todas las preocupaciones, los sufrimientos físicos o morales?
"Es verdaderamente suave y amable la Cruz de Jesús. Ahí no cuentan las penas; sólo la alegría de saberse corredentores con Él"
El trato y la amistad con el Maestro nos enseñan, por otra parte, a ver y a llevar las dificultades que se presentan con una disposición joven, decidida, alejada de la tristeza y de la queja. Si se lo pedimos, el Señor nos concederá una disposición alegre, llena de buen humor, muchas veces, ante lo que nos es contrario. La veremos, como han hecho los santos, como un estímulo, un obstáculo que es preciso saltar en esta carrera que es la vida. Este espíritu alegre y optimista, incluso en los momentos difíciles, no es fruto del temperamento ni de la edad: nace de una profunda vida interior, de la conciencia siempre presente de nuestra filiación divina. Esta disposición serena, optimista, en toda circunstancia creará un buen ambiente a nuestro alrededor en la familia, en el trabajo, con los amigos... y será un gran medio para acercar a otros al Señor.
Terminamos nuestra oración junto a Nuestra Señora. ""Cor Mariae perdolentis, miserere nobis!" invoca al Corazón de Santa María, con ánimo y decisión de unirte a su dolor, en reparación por tus pecados y por los de los hombres de todos los tiempos.
"Y pídele para cada alma que ese dolor suyo aumente en nosotros la aversión al pecado, y que sepamos amar, como expiación, las contrariedades físicas o morales de cada jornada"
* La devoción y el culto a la Santa Cruz, donde Cristo dio su vida por nosotros, se remonta a los mismos comienzos del Cristianismo. En la Liturgia se tiene constancia desde el siglo IV. La Iglesia conmemora hoy el rescate de la Cruz del Señor por obra del emperador Heraclio en su victoria sobre los persas. En los textos de la Misa y de la Liturgia de las Horas la Iglesia canta con entusiasmo a la Santa Cruz, pues fue el instrumento de nuestra salvación; si el árbol a cuya sombra pecaron de desobediencia nuestros primeros padres fue causa de perdición, el Arbol de la Cruz es el origen de nuestra salvación eterna.
domingo, 11 de septiembre de 2011
EL- V -ENCUENTRO NACIONAL DE LA DIVINA MISERICORDIA
martes, 6 de septiembre de 2011
Jesús, el Mundo te necesita, bendicenos y acogenos en Tu Misericordia
Llevanos en Tu Corazón, por que sabes que solos no podemos hacer nada.
Recomiéndanos a Tu Querida Madre, nadie como ella nos guiará por tu camino,
nos enseñara el modo de hacer oración y hablar contigo.
Si supiéramos, lo que nos amas Jesús mío
moriríamos de felicidad
no podríamos hacer nada más que amarte.
sentirte, desearte. estar contigo escuchándote como hacía María Magdalena.
Madre Querida, Tú que tanto lo amas, y deseas que nosotros lo hagamos también, purificanos con tu manto Virginal, para poder recibir a tu Hijo con ardiente Caridad.
martes, 2 de agosto de 2011
EN TIEMPO DE SUFRIMIENTO (DEL DIARIO DE SANTA FAUSTINA)
OH, si el alma que sufre supiera cuánto Dios la ama, moriría de gozo y de exceso de felicidad. Un día, conoceremos el valor del sufrimiento, pero entonces ya no podremos sufrir. El momento actual es nuestro (Diario, 963).
Jesús, no me dejes sola en el sufrimiento. Tú sabes, Señor, lo débil que soy. Soy un abismo de miseria, soy la nada misma. Por eso, ¿qué habría de extraño si me dejaras sola y yo cayera? Soy una recién nacida, Señor, por eso no sé sostenerme por mí misma. Sin embargo, a pesar de todo abandono, confío, y a pesar de mis sentimientos, confío y me estoy transformando completamente en la confianza, muchas veces a pesar de lo que siento. No disminuyas ninguna de mis aflicciones, sólo dame fuerza para soportarlas. Haz conmigo lo que Tú quieras, Señor, sólo dame la gracia de poder amarte en cada acontecimiento y circunstancia. Señor, no disminuyas mi cáliz de amargura, sólo dame fortaleza para que pueda beberlo todo
(Diario, 1489).
viernes, 1 de julio de 2011
SOLECNIDAD DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS
R/. La misericordia del Señor dura siempre,
para los que cumplen sus mandatos.
Bendice, alma mía, al Señor
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.
El perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura.
El Señor hace justicia
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen nuestros pecados,
ni nos paga según nuestras culpas.
Padre mío
ayúdame a vaciar mi corazón
a limpiar y purificar mi corazón
a quitar todo lo que no me pertenece,
como, la vanidad, el orgullo el dolor, el rencor,
dame el don de la humildad, del perdón
de reconocer mis errores,
y aceptar todo lo que tu me mandes
señor quita de mi todas esas cosas que no me sirven
que tu seas el dueño y señor de mi corazón,
que mi corazón este limpio para ti, amen
No hay mayor amor, dice Jesús, que dar la vida por los amigos. Por esto, las primeras comunidades cristianas meditaron mucho sobre la parábola del pastor que da su vida por las ovejas. Jesús al presentarse a si mismo como el Buen Pastor, quiso revelar a la muchedumbre que le escuchaba "los proyectos del corazón Dios", sus designios de misericordia. Llegará un día que otra imagen impresionará más aún a los espíritus, la del costado abierto de Jesús crucificado: el costado traspasado de Jesús, del que manaron sangre y agua, es asimismo el signo la fecundidad de su sacrificio, puesto que es el manantial del brotan los sacramentos de la Iglesia. En estos últimos tiempos, ha sido el Corazón mismo de Jesús, tras su costado abierto. quien ha atraído la contemplación de los cristianos, como símbolo de "los beneficios de su amor para con nosotros».
Al contemplar el Corazón de Cristo, unos pueden escuchar, de modo especial, un llamamiento a la reparación por los pecados de los hombres, otros acudirán a beber con gozo de la fuente de la salvación», y, finalmente, habrá otros que, fijos sus ojos en Jesús, se dejarán adoctrinar por El.
domingo, 26 de junio de 2011
SOLECNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna. Estas palabras del evangelio de San Juan nos introducen en el misterio de la presencia Eucarística que celebramos en esta solemnidad. La liturgia nos ofrece tres elementos que orientan nuestra reflexión: la experiencia del desierto del pueblo de Israel, el alimento del camino y la vida que no es derrotada por la muerte. El libro del Deuteronomio (1L) evoca el paso del pueblo por el desierto. Este memorial tiene el objeto de despertar la responsabilidad de los oyentes con respecto a las tareas presentes. La historia enseña al pueblo de Israel que su paso por el desierto, lleno de adversidades y contratiempos, no es simplemente una situación ciega, ajena a todo sentido y significado, sino un momento de prueba. Un momento en el que Dios penetra el corazón, se hace presente y ofrece el sustento a los que desfallecen. Yahveh sale al paso de sus necesidades y les da el maná. Este alimento que el Señor ofrece en el desierto sostiene la vida del pueblo y lo ayuda a continuar la marcha. Así como en el pasado, Israel atravesó por el desierto y Dios probó su corazón y lo mantuvo en vida, así ahora, en el presente de nuestras vidas el Señor no es ajeno a la suerte humana. . En verdad, Dios es amigo la vida y no odia nada de cuanto ha creado. Esta verdad encuentra su plenitud en Cristo que ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Por eso nos da a comer su carne, verdadera comida, y a beber su sangre, verdadera bebida, para que tengamos vida eterna (EV). Participando todos de un solo pan (Eucarístico) formamos un solo cuerpo (2L).
jueves, 16 de junio de 2011
JESUCRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE
Jueves 16 de Junio, 2011
Fiesta
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad
Danos, Señor, sacerdotes santos
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que ofrecemos en el sacrificio y recibimos en la comunión, sean para nosotros, Señor, el principio de una vida nueva, a fin de que, unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan para siempre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Dios nuestro, que para gloria tuya y salvación de todos los hombres constituiste Sumo y Eterno Sacerdote a tu Hijo, Jesucristo, concede a quienes él ha elegido como ministros suyos y administradores de sus sacramentos y de su Evangelio, la gracia de ser fieles en el cumplimiento de su ministerio.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
† Lectura del santo Evangeliosegun Mateo 6:7-15
7 Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables: ellos creen que un bombardeo de palabras hará que se los oiga. 8 No hagan como ellos, pues antes de que ustedes pidan, su Padre ya sabe lo que necesitan.
• EL PADRENUESTRO
9 Ustedes, pues, recen así:
Padre nuestro, que estás en el Cielo,
santificado sea tu Nombre,
10 venga tu Reino,
hágase tu voluntad
así en la tierra como en el Cielo.
11 Danos hoy el pan que nos corresponde;
12 y perdona nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos
a nuestros deudores;
13 y no nos dejes caer en la tentación,
sino líbranos del Maligno.
14 Porque si ustedes perdonan a los hombres sus ofensas, también el Padre celestial les perdonará a ustedes. 15 Pero si ustedes no perdonan a los demás, tampoco el Padre les perdonará a ustedes.
Acoge, Padre, la oración de tu Iglesia, reunida en torno a tu Hijo Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, y concédele lo que en su nombre te ha pedido.
Por el mismo Jesucristo
nuestro Señor.
Unidos a Jesucristo, Sumo y eterno Sacerdote, elevemos al Padre nuestra oración por su Iglesia, por el mundo y, de modo especial, por los llamados a participar del sacerdocio ministerial.
domingo, 12 de junio de 2011
ORACIÓN DE SANTA FAUSTINA
«¡Señor Jesús, transfórmame toda en tu Misericordia!
Haz que mis ojos sean misericordiosos, para que jamás juzgue según las apariencias y desconfíe de nadie, sino que pueda ver en todas las almas todo lo bello que poseen, y que sea caritativa con todas ellas.
Haz que mis oídos sean misericordiosos, siempre atentos a las necesidades de mis hermanos y nunca sordos a su llamada.
Haz que mi lengua sea misericordiosa para que nunca hable mal de nadie, sino que tenga para todos palabras de perdón y de consuelo.
Haz que mis manos sean misericordiosas y se llenen de caridad, a fin de que pueda cargar con todo lo pesado e insoportable para aliviar el peso de los demás.
Haz que mis pies sean misericordiosos y siempre dispuestos a acudir en auxilio del prójimo... ¡Que mi descanso sea servir!
Haz que mi corazón sea misericordioso y abierto a cualquier sufrimiento. De ese modo no lo cerraré a nadie, incluso a los que abusen de él, y yo misma me encerraré en tu Corazón...
¡Que tu Misericordia repose en mí, Señor! Transfórmame en ti, pues tú eres mi todo».
sábado, 21 de mayo de 2011
JACULATORIAS DEL SAGRADO CORAZÓN
Dulce Corazón de Jesús, sed mi amor.
Oh Corazón de amor, yo pongo toda mi confianza en ti, porque todo lo temo de mi flaqueza, pero todo lo espero de vuestras bondades.
†††
Sacratísimo Corazón de Jesús ten piedad de nosotros.
Dulce Corazón de María, sed la salvación mía.
†††
domingo, 15 de mayo de 2011
EL SEÑOR EN MI PASTOR
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar.
Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor por años sin término.
martes, 3 de mayo de 2011
EN LA FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA
jueves, 21 de abril de 2011
LA NOVENA DE LA DIVINA MISERICORDIA EL VIERNES SANTO ES EL PRIMER DÍA DE LA NOVENA
PREPARACIÓN PARA LA FIENTA DE LA DIVINA MISERICORDIA
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9
Pulsar: Para decir una coronilla en audio cada día de la Novena.
Escuchar Descargar
Deseo que el primer domingo después de Pascua Florida,
sea una Fiesta de mi Divina Misericordia.
Cualquiera que reciba el Sacramento de mi Amor (Confesión y Comunión)
en ese día obtendrá completo perdón de todas sus faltas y castigos.
La Humanidad no encontrará paz hasta que se vuelva con confianza a mi Divina Misericordia.
Vengo ahora como Rey de Misericordia, antes de venir como Justo Juez
para que no haya ninguno que pueda excusarse, en el día del Juicio, poco a poco se va acercando”.
Una promesa especial de Misericordia
La promesa de nuestro Señor de conceder el perdón total de los pecados
y los castigos en la Fiesta de la Misericordia
está documentada tres veces en el Diario de Santa Faustina.
Cada referencia es un poco distinta:
“Deseo conceder el perdón total a las almas que se acerquen a la confesión
y reciban la Santa Comunión el día de la Fiesta de mi Misericordia”.
(Diario, 1109)
“Quien se acerque ese día a la Fuente de Vida,
recibirá el perdón total de las culpas y penas”.
(Diario, 300)
“El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión
obtendrá el perdón total de las culpas y penas”.
(Diario, 699)
jueves, 10 de marzo de 2011
LA CUARESMA TIEMPO DE CONVERSIÓN
Señor Jesús, te suplico pidas a Tu Padre Celestial
tenga Misericordia de nosotros,
sane nuestras llagas,
y por los méritos de Tu Preciosa Sangre.
Piedad Señor, y Paz para los Pueblos.
Te acompaño en los 40 días de dolor,
por la salvación de mi Familia, y el Mundo entero.
La Cuaresma, es una gracia de nuestro Padre Dios, es vernos en nuestra nada, y con la necesidad de aprovechar la Misericordia que nuestro Salvador nos tiende desde la cruz.
Es darnos cuenta de la necesidad de desprendernos del hombre viejo, y dar paso a una realidad, y visión de la vida eterna en la muerte y resurrección de nuestro Señor.
Es una gracia tan grande, que humanamente no podemos comprender.
Con el ayuno, la limosna y la oración, nos pondremos a recibir más o menos según el aprovechamiento de cada uno, a sentirnos más humanos, y llenos de amor con nuestros hermanos; qué endefinitiva, es lo que hay que hacer, para sentirnos uno más de los íntimos de Jesús, nuestro Salvador.
martes, 1 de marzo de 2011
JERUSALEN A 360º SANTO SEPULCRO ¡¡ESPECTACULAR!!
sábado, 26 de febrero de 2011
(SALMO 8)
¡Señor, Dios nuestro,
qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
Tu majestad se alza por encima de los cielos.
De los labios de los niños de pecho,
levantas una fortaleza frente a tus adversarios,
para hacer callar al enemigo y al rebelde.
Al ver el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para que de él te cuides?
Lo hiciste inferior a un dios,
coronándolo de gloria y esplendor;
le diste el dominio sobre la obra de tus manos,
todo lo pusiste bajo sus pies:
rebaños y vacadas, todos juntos,
y aun las bestias salvajes,
las aves del cielo, los peces del mar
y todo cuanto surca las sendas de las aguas.
¡Señor, Dios nuestro,
qué admirable es tu nombre en toda la tierra.
jueves, 3 de febrero de 2011
IRRADIANDO A CRISTO
Oh, amado Jesús.
Ayúdame a esparcir Tu fragancia
por donde quiera que vaya.
Inunda mi alma con Tu Espíritu y Vida.
Penetra y posee todo mi ser tan completamente, que mi vida entera sea un resplandor de la Tuya.
Brilla a través de mi y permanece tan dentro de mi, que cada alma con que me encuentre pueda sentir Tu presencia en la mía.
¡Permite que no me vean a mi sino solamente a Jesús!
Quédate conmigo y empezaré a resplandecer como Tú, a brillar tanto que pueda ser una luz para los demás. La luz oh, Jesús, vendrá toda de Ti, nada de ella sera mía;
serás Tú quien resplandezca
sobre los demás a través de mi.
Brillando sobre quienes me rodean,
permíteme alabarte como mas te gusta.
Permíteme predicarte sin predicar,
no con palabras sino a través de mi ejemplo,
a través de la fuerza atractiva,
de la influencia armoniosa de todo lo que haga,
de la inefable plenitud del amor
que existe en mi corazón por Ti.
Amen.
-Oración que rezan las Misioneras de la Caridad (de la Madre Teresa) después de la misa cada dia.